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domingo, 19 de junio de 2016

Se desangra el circo en el mundo.


Una pequeña herida que comenzó con los hermanos Lúmiere en 1895 y ha continuado abriéndose continuamente con la llegada de la televisión, computadoras, celulares y otras formas que ha inventado el ser humano para ver la realidad a través de dispositivos.

Pero volvamos atrás, volvamos a México de finales de 1864.

En el siglo  XIX: 

"Es preciso confesar que el espectáculo (...) ofrece todo lo que hay de más prodigioso en la fuerza, en la destreza, en la paciencia y en la habilidad del hombre. Animales que casi hablan, hombres que casi vuelan, mujeres que... pero dejémoslo; es necesario verlo para tener alguna idea de lo que son aquellas cosas que parecen sueños fantásticos."

La revista "La razón" de esa época nos da esta afirmación, que creo yo, como un fanático de el arte nómada, es muy atinada.

Cuando el circo llegó a México, los primeros actos fueron españoles, poco a poco fueron influenciados por el circo de otras partes de Europa y también el estadounidense, pero ese era el circo para los ricos, para las clases pudientes.

Para los que no podían pagar el boleto más barato también existían los artistas ambulantes y circos ambulantes, que podías ver en vecindades, plazas públicas y hasta plaza de toros, el show incluía en una función a un funámbulo (alambrista), un malabarista, contorsionista o saltador, un animal exótico, un payaso y suertes. 

Y así como el día de ayer el circo nació, y se desarrollo siendo un sitio en donde lo imposible era alcanzado por hombres y mujeres sorprendentes, el día de hoy mientras se desangra, riega las calles, las plazas y los semáforos de latinoamérica y el mundo, con sangre de jóvenes que a base de entrenamientos y viajes auto-sustentados hacen florecer nuevamente este bello arte, utilizan este medio para conocer el mundo, es solo otro de los medios de los jóvenes latinoamericanos para explorar el viejo mundo y el mundo.







Por eso comparó hoy el circo con el ave fénix, que con su ultimo aliento se incendia a sí misma, para volver a nacer.


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